Por: Aquino Rubio
El desfalco cometido por el entramado criminal sobre los programas sociales de salud que abarca el Seguro Nacional de Salud (Senasa), quizás sea uno de los más crueles registrados en la historia del país, no por el monto, sino por la dimensión humana y sus efectos sobre la salud de los dominicanos, sobre todo los de menor poder adquisitivo y los desprovistos de recursos para resolver sus padecimientos a fuerza de dinero propio.
Todos y cada uno de los involucrados en este clan criminal no tuvieron compasión ni piedad con millones de dominicanos en este programa social, tanto en el tratamiento primario, de patologías focales y padecimientos indefinidos y catastróficos.
Estos planes fueron explotados sin piedad por funcionarios, contratistas, farmacias, laboratorios y hasta médicos, que entrando en la ruleta del dinero fácil, abusaron sin piedad de pacientes cuya desesperación, obediencia al facultativo y cumplimiento del tratamiento, los convirtió en víctimas acechadas y presas fáciles.
Este crimen de lesa-humanidad, holocausto sin fusil ni espada, tiene muchos culpables aún no mencionados, por acción o complicidad, como las abusivas farmacias, la facturación sin caso y la competencia desleal con el ciudadano de menos recursos, como víctima final.
La justicia de Santo Domingo como poder del Estado, debe sellar con oro sus techos para no seguir permeada ni permitir que los criminales sigan robando, maten y desfalquen sin piedad las arcas del Estado. Esta vez, la Justicia tiene la oportunidad de hacer justicia.
El desfalco a Senasa es un hecho que envuelve a muchos, los ahora procesados en la jurisdicción de Atención Permanente (Art.226 CCP), no son todos los que son y el Ministerio Público debe poner a prueba su independencia y llevar al banquillo a laboratorios, clínicas, farmacias y hasta médicos y administradores, que son parte de este entramado criminal para robar a un programa cuya misión ha de ser servir a los más pobres.
La Justicia de Santo Domingo debe cumplir esta vez su papel con eficiencia y condenar con su mayor peso a este conglomerado mafioso, criminal, abusivo e impío que roba sin piedad y mata sin escrúpulos. El país debe seguir. Es Justicia lo que se pide.
