Las negociaciones para un alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes israelíes han tomado nuevo impulso esta semana, y fuentes cercanas a los mediadores confirman que Hamás ha solicitado la liberación de varios prisioneros palestinos de alto perfil a cambio de los cautivos.
Entre ellos figura Marwan Barghouti, considerado por muchos palestinos como la figura política más influyente y potencialmente unificadora de su pueblo.
Sin embargo, Israel rechaza la inclusión de estos nombres en cualquier posible intercambio, al considerar a los prisioneros como “autores intelectuales de actos terroristas” responsables de la muerte de civiles.
A pesar de ello, Tel Aviv enfrenta una fuerte presión interna e internacional para poner fin a la guerra y recuperar a los 48 rehenes que siguen en manos de Hamás desde el ataque del 7 de octubre de 2023, de los cuales se estima que unos 20 continúan con vida.
Muchos palestinos, por su parte, consideran a los prisioneros en cárceles israelíes como “luchadores por la libertad”, encarcelados por resistir décadas de ocupación militar.
Israel teme que un intercambio que incluya a figuras clave como Barghouti pueda tener consecuencias similares al canje de 2011, cuando fue liberado Yahya Sinwar, líder de Hamás que posteriormente planificó el ataque del 7 de octubre.
Sinwar fue abatido por las fuerzas israelíes el año pasado, pero su caso sigue siendo citado como ejemplo del riesgo que implican las liberaciones de alto perfil.
Los prisioneros que Hamás busca incluir en el intercambio
Marwan Barghouti
De 66 años, es considerado el líder palestino más popular y potencial sucesor del presidente Mahmud Abás.
Fue alto dirigente de Fatah durante la segunda intifada (2000) y es visto como una figura capaz de reconciliar a Fatah y Hamás.
En 2002 fue arrestado y condenado a cinco cadenas perpetuas por su participación en ataques contra civiles israelíes.
Barghouti se negó a presentar defensa, alegando que no reconocía la legitimidad del tribunal israelí.
Apoya la creación de un Estado palestino en Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza, territorios ocupados por Israel desde 1967.
Abdullah Barghouti

Sin parentesco con Marwan, es un ingeniero de origen kuwaití que fue uno de los principales fabricantes de explosivos de Hamás durante la segunda intifada.
Fue condenado en 2004 a 67 cadenas perpetuas, la sentencia más larga en la historia de Israel, tras ser declarado culpable de ataques que mataron a 66 personas, incluidos cinco estadounidenses, y dejaron más de 500 heridos.
Entre los atentados atribuidos a él se incluyen los de la pizzería Sbarro, la Universidad Hebrea y el centro Ben Yehuda de Jerusalén.
Ahmed Saadat
Líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), fue acusado de organizar el asesinato en 2001 del ministro israelí de Turismo Rehavam Zeevi, un ultranacionalista que defendía la expulsión masiva de palestinos.
Saadat fue arrestado en 2006 tras una operación israelí en la cárcel de Jericó y condenado en 2008 a 30 años de prisión.
Actualmente tiene más de 70 años.
Hassan Salama

Importante militante de Hamás, fue condenado a 46 cadenas perpetuas en 1997 por los atentados con bombas contra dos autobuses en Jerusalén, que dejaron decenas de muertos y heridos.
Dirigió una serie de ataques de venganza tras la muerte del principal fabricante de bombas del grupo, Yahya Ayyash, en 1996.
Abbas al-Sayyed

De unos 50 años, fue comandante de Hamás en Cisjordania durante la segunda intifada y responsable del atentado suicida en el Hotel Park de Netanya en marzo de 2002, en plena festividad de la Pascua judía.
El ataque dejó 30 muertos y 140 heridos, marcando uno de los episodios más sangrientos del conflicto.
Fue condenado a 35 cadenas perpetuas y 100 años adicionales.
Contexto y tensiones actuales
Las conversaciones para un alto el fuego y un eventual intercambio de prisioneros se llevan a cabo en Egipto y Catar, con Estados Unidos actuando como mediador principal.
Israel ha reiterado que no aceptará liberar a presos condenados por crímenes de sangre, mientras que Hamás insiste en que la liberación de figuras emblemáticas es una condición no negociable.
El gobierno israelí, encabezado por Benjamin Netanyahu, teme que la liberación de líderes como Marwan Barghouti reconfigure el mapa político palestino y debilite la posición de Israel en futuras negociaciones.
Mientras tanto, las familias de los rehenes israelíes continúan exigiendo un acuerdo inmediato que ponga fin a la guerra, que ha dejado decenas de miles de muertos y desplazados en Gaza desde su inicio.