Sin importar las comodidades y buenas atenciones que puedan existir, un recinto carcelario no deja de ser un espacio en el cual ningún ser humano quisiera estar. Sin embargo, el momento en prisión no es igual para todo el dominicano que es llevado a prisión por delinquir o infringir un delito; existe un aspecto que permite a un grupo selecto recibir un trato diferencial.Precisamente, eso ocurre con los seis imputados en un caso judicial por haber desarrollado un presunto entramado de corrupción en el Seguro Nacional de Salud (Senasa), quienes fueron sometidos por un tribunal al cumplimiento de una medida de coerción de 18 meses en la nueva cárcel Las Parras.

En un plantel donde en la actualidad se encuentran alrededor de 600 presos, los implicados en el alegado entramado de corrupción de Senasa están completamente alejados de la población “común”. Colocados en una sección solitaria de celdas, el exdirector de esa institución gubernamental, Santiago Hazim, junto a cuatro supuestos colaboradores en el desfalco realizado al Estado, mantienen cero interacciones con los demás reos desde que arribaron el pasado domingo.

Están separados completamente de los dominicanos y extranjeros que fueron declarados culpables en los tribunales por cometer narcotráfico, homicidio, asesinato, violencia de género y otros actos sancionados por el Código Penal. Así los pudieron observar reporteros de este medio al participar ayer en un recorrido por el interior de Las Parras.

Supervisión y seguridad

Hazim, señalado por el Ministerio Público por las alegadas maniobras fraudulentas de 15,000 millones de pesos que pertenecían a los afiliados del régimen subsidiado del Senado, está específicamente en una edificación de dos pisos denominada “celdas de observación”.

A su lado también están Rafael Luis Martínez Hazim, Gustavo Enrique Messina Cruz, exgerente financiero de Senasa, y Germán Rafael Robles Quiñones, quien es exconsultor jurídico. También le acompañan Francisco Iván Minaya Pérez y Ramón Alan Speakler Mateo.

El procedimiento para acceder a ese bloque de dormitorios es extremadamente complejo. Los Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario de Las Parras que orientaban a reporteros de este medio, aseguraron haber implementado un robusto procedimiento para garantizar el control total “de quien entra y sale” de ese cuadrante. Antes de poder estar en las proximidades, la persona que intente acceder deberá sobrepasar dos puestos de chequeo, en los cuales serán revisados manualmente, obligados a pasar por detector de metales.

Los reclusos del caso Senasa están separados de los demás reos, según comprobaron reporteros de Listín Diario en un recorrido por el interior de Las Parras.
Los reclusos del caso Senasa están separados de los demás reos, según comprobaron reporteros en un recorrido por el interior de Las Parras

“Ahí no entra todo el mundo, hay un personal asignado que no tiene teléfono, solamente usa la radio y para ingresar ahí todo tiene que ser con autorización”, explicaron al destacar que el personal asignado al cuidado de los detenidos por el caso Senasa era previamente seleccionado y depurado.

Aunque están alejados de todo el ecosistema natural penitenciario, el equipo de VTP aclaró que Hazim, ni los apresados restantes, de manera preventiva, no reciben ningún tipo de beneficios. La distinción radica en la soledad. El grupo de cinco del caso Senasa no puede interactuar con nadie más que el equipo de seguridad autorizado. Incluso, no todos pueden salir de las Celdas de Observación al mismo tiempo. Cuando les toca ir a la cafetería, solo puede ir uno, que será el responsable de comprarles también a los demás. Además, estos cuentan con un salón de reuniones apartado de la comunidad carcelaria, donde reciben a sus familiares durante los días de visita permitidos y conversan con sus representantes legales.

Justificación: “cuidado y protección”

El director general de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC), Roberto Santana, explicó ayer el motivo por el cual los apresados por el caso están bajo este régimen.

“Los presos dicen que si se los llevo allá, lo picotean; ustedes saben la situación que hay en el país respecto a eso, entonces tomamos la decisión de ponerlos en un lugar que estén seguros; están igual, pero no junto con los demás. No se desayunan con los demás, no almuerza con los demás…”, expresó al se al serr entrevistado en el programa Despierta con la X..

Inicialmente, el juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional había decidido enviar a los cinco enjuiciados a la cárcel Najayo, en la provincia San Cristóbal. Pero, según manifestó, Santana solicitó que fuesen transferidos hacia Las Parras, ya que no podía garantizarles la seguridad. La petición fue aceptada por el magistrado Rigoberto Sena.

“Si la población del país en general tiene su inquietud e indignación, imagínese los presos… El juez fue comprensivo cuando se le envió la comunicación”, dijo.

Un grupo de presos juega un partido de baloncesto en las instalaciones deportivas de la cárcel Las Parras.
Un grupo de presos juega un partido de baloncesto en las instalaciones deportivas de la cárcel Las Parras.RAÚL ASENCIO / LD

Mientras tanto, Ada Ledesma Ubiera, quien también fue sentenciada de manera preliminar con prisión preventiva, está en la prisión Najayo Mujeres, donde también cumple con los mismos parámetros de protección. El Ministerio Público tendrá ocho meses para terminar las investigaciones contra estos imputados. Así como con Eduardo Read Estrella, Heidi Mariela Pineda Perdomo y Cinty Acosta Sención, quienes están en arresto domiciliario.

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