La recta final del año en los mercados bursátiles mundiales se ha visto lastrada por la vuelta de los temores sanitarios y económicos que vienen, de nuevo, desde China. En España, el principal índice bursátil, el Ibex 35, cerró su última sesión con una caída del 1,07%, lo que no le ha permitido mantener el nivel psicológico de los 8.300 puntos por el que lleva semanas luchando. En el conjunto del ejercicio 2022, su retroceso ha sido del 5,56%, una caída incluso mayor que la registrada en 2012, en plena crisis soberana del euro, cuando perdió un 4,66%. Los analistas consultados coincidieron en señalar a los valores turísticos como uno de los motivos principales que tiró de la Bolsa hacia abajo estos últimos días, debido al miedo a los nuevos contagios de coronavirus procedentes del gigante asiático.

La Bolsa española cierra así un año en negativo, salpicado de incertidumbre, si bien con mejor comportamiento que el del conjunto del resto de mercados europeos. El Ibex consigue reducir a la mitad las pérdidas próximas al 10% predominantes en los principales índices de la eurozona. El rally alcista de los bancos y la firmeza de varias de las empresas ligadas a la energía lograban moderar las presiones bajistas procedentes del exterior.

Así, el sector bancario, que también vivió un 2021 positivo, logró brillar en el balance anual: Caixabank selló el mayor alza con un avance cercano al 60%, seguido de Banco Sabadell (58%) y Bankinter (45%). Entre las más alcistas también, Repsol (50%) o Logista, la última incorporación del selectivo, con un avance final del 45%.

El BCE tiene por objetivo la estabilidad de precios, aunque también ha de calibrar el impacto de encarecer el precio del dinero sobre las economías de la zona euro

El caso es que la última jornada del año, lejos de servir para maquillar el balance del año, acentuó las caídas del Ibex, a pesar del freno mayor de lo esperado conocido hoy en el IPC de España, al bajar hasta el 5,8%. Los inversores internacionales se mantenían ojo avizor sobre todo ante el impacto que puede tener la actual ola de contagios por Covid en China mientras afianzan sus perspectivas de una nueva contracción de la actividad económica en China en diciembre.

El Ibex 35, pues, despide 2022, un año que ha ido de más a menos tras la invasión de Rusia a Ucrania y que ha permitido recortar mayores pérdidas en la recta final gracias a que la inflación ha dado cierta tregua a los bolsillos de los españoles y a que los bancos centrales relajaban algo su discurso sobre la magnitud de las subidas de tipos.

Balance que pudo ser peor si no llega a aparecer el ímpetu comprador y de optimismo, sobre todo, de octubre y noviembre. El selectivo español marcó mínimos en el año a mediados de octubre, situándose en los 7.261,1 puntos, tras el recorte de las previsiones económicas por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), y desde ese día y hasta el cierre de año, el rebote ha sido de un 13,33%, impulsado por la subida de los tipos de interés en el décimo mes del año por parte del Banco Central Europeo, tras elevar entonces el precio del dinero en 75 puntos básicos, hasta el 2%. Posteriormente, los volvió a subir en diciembre al 2,5%.

Tipos más alza a la vista

En cualquier caso, destacar que los efectos del alza de tipos por parte de los bancos centrales en respuesta a la coyuntura inflacionista y las distintas incertidumbres que ha despertado la guerra han generado un caos entre los inversores, que han decidido mudar su dinero hacia otros mercados y ramas de inversión. Hasta diciembre, la capitalización de las empresas que cotizan en la Bolsa española había descendido un 2,52%, con el total del valor de las acciones de las empresas españolas superando ligeramente el billón de euros, según el Informe de Mercado 2022 publicado por la gestora de las bolsas españolas BME.

Una caída en la que también ha tenido efecto la dificultad de los mercados para atraer nuevas entradas a los selectivos. Debido a este factor, el informe de BME hace referencia a los datos de la Federación Mundial de Bolsas, que señalan que en el conjunto de sus cerca de 100 miembros se ha rebajado el valor de sus empresas listadas en cerca de 30 billones de dólares, pasando de 124 billones al cierre de 2021 a alrededor de 92 el 31 de octubre.

Entradas y salidas

Para el Ibex 35 ha sido un año de grandes movimientos. En junio, Acciona Energía y Sacyr entraban en el índice en sustitución de la farmacéutica Almirall y CIE Automotive, y ya en la recta final del año Logista y Unicaja firmaban su debut en el Ibex 35 tras las salidas de PharmaMar y Siemens Gamesa. Con la incorporación de Unicaja, pasan a ser seis las entidades financieras que cotizan en el principal índice bursátil español. Una exposición que para los expertos ofrece luces y sombras de cara a este año. Para el analista de eToro Javier Molina, bancos y aseguradoras pueden brillar en 2023 por la tendencia inversora hacia acciones no tanto de crecimiento (este año las tecnológicas han vivido un severo pinchazo) como sí de valor (‘value’) que en el último año han tenido una tendencia alcista. Es decir, participaciones de empresas ya consolidadas y que ofrecen una política de reparto de dividendos muy atractiva.

Con la entrada de Unicaja, el Ibex pasa a tener seis entidades financieras entre las 35 empresas que componen el selectivo

Otros expertos, sin embargo, creen que sectores como la banca se verán perjudicados por las políticas monetarias y el resto de incertidumbres todavía presentes. El analista de XTB Darío García cree que las entidades financieras «estarán muy vigiladas para ver cómo controlan parámetros de riesgo como la morosidad».

No es la única amenaza. García también apunta a que tanto banca como empresas del sector de la energía podrían verse perjudicadas por el impuesto sobre los beneficios extraordinarios de ambos sectores que el Gobierno de Sánchez empezará a aplicar este año. Con todo, al igual que Molina, el analista de XTB cree que la clave a la hora de invertir en renta variable en 2023 estará en la rentabilidad por dividendo que ofrezcan las empresas, «aunque el principal foco estará centrado en los mercados de deuda (los bonos), el oro y los mercados de divisas».

Oro e inmobiliarias

Molina también piensa que el oro volverá a ser protagonista como valor refugio, pero apunta al sector inmobiliario como otra de las grandes oportunidades para 2023, «no tanto en compra directa de vivienda para posteriormente alquilar, sino en el dividendo que ofrecen las socimis que cotizan en Bolsa».

Para este experto el mayor ‘cisne negro’ al que podrían enfrentarse los mercados en 2023 sería un posible estancamiento de la inflación que llevaría a nuevas alzas de tipos. «Ya sucedió en la década de los 70 y la Reserva Federal estadounidense quiere evitarlo a toda costa. Entonces, se disparó la inflación, subieron tipos, se relajaron y luego vino otra fuerte subida de la inflación con una nueva subida de tipos. Sería el mayor problema al que podríamos enfrentarnos».

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