Autoridades, empresarios y representantes del sector turístico coinciden en que el futuro de La Altagracia debe orientarse hacia un turismo más responsable, inclusivo y sostenible, que permita equilibrar el crecimiento hotelero de lujo con el desarrollo de las comunidades locales.
El empresario Frank Rainieri, fundador del Grupo Puntacana, destacó que el verdadero reto no es solo incrementar la llegada de visitantes, sino aumentar el gasto promedio por turista, generando así un mayor impacto económico para toda la población.
“En la República Dominicana debemos pensar no en traer más turistas baratos, sino en atraer visitantes que gasten más. Para eso necesitamos más y mejores artesanos, una gastronomía local con altos estándares de higiene, calles limpias, orden en el tránsito y una ciudadanía comprometida con su entorno”, expresó Rainieri.
Agregó que, para lograr ese equilibrio, es necesario integrar las tradiciones, productos y talentos de las comunidades al modelo turístico.
“La Altagracia tiene recursos valiosos como sus caballos higüeyanos, o la fábrica de queso y de dulce de leche. Debemos conectar esos sectores con el visitante, ofrecerles seguridad y experiencias auténticas”, señaló.
Turismo comunitario en expansión
El director regional de Turismo, Félix Vizcaíno, explicó que el Ministerio trabaja en la diversificación del producto turístico, fomentando modalidades como el turismo comunitario y ecoturístico.
Estamos impulsando que los visitantes no solo conozcan los destinos tradicionales, sino también los emergentes. En la provincia, la zona de Anamuya es un ejemplo claro: allí los lugareños ofrecen gastronomía, artesanía y rutas ecológicas que atraen tanto a turistas nacionales como internacionales”, indicó Vizcaíno
El funcionario destacó además que la promoción de este tipo de turismo se apoya en nuevas herramientas digitales, como influencers y creadores de contenido, que contribuyen a posicionar a las comunidades como parte esencial de la experiencia turística.
Empresarios apuestan por la integración local
De su lado, Ernesto Veloz, presidente de la Asociación de Hoteles y Proyectos Turísticos del Este (Asoleste), subrayó la importancia de que las comunidades se organicen para poder insertarse en el circuito económico del turismo.
“No vale la pena tener un gran desarrollo hotelero si no hay derrama económica en las comunidades circundantes. Las llamadas casas sombras son un ejemplo de cómo los grupos locales pueden participar recibiendo apoyo de los hoteles”, explicó.
Veloz resaltó que las asociaciones comunitarias deben formalizarse como Mipymes o cooperativas para poder negociar con el sector hotelero y acceder a financiamientos.
Los líderes del sector coinciden en que el futuro del turismo dominicano no solo depende de grandes inversiones, sino de una ciudadanía consciente, hospitalaria y organizada.
Rainieri concluyó con un llamado a la acción: “El turismo puede ser una de las grandes escaleras de ascenso social y económico para todos los dominicanos, siempre que aprendamos a ser los mejores anfitriones y defensores de nuestra propia tierra.”