En la coyuntura política dominicana, pocas figuras presentan un perfil tan coherente, amplio y con posibilidades futuras reales como Víctor D’Aza. Al frente de la Liga Municipal Dominicana (LMD) desde 2021, su gestión se ha convertido en un laboratorio para entender por qué un alcalde histórico puede convertirse en la pieza clave de un proyecto presidencial viable.
Los hechos hablan por él: D’Aza ejerció como alcalde de Villa González (1998-2002), fue director ejecutivo de la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu) durante 11 años y ahora lidera la LMD, organismo que fue ratificado unánimemente para su reelección (2025-2029). Desde la alcaldía introdujo en RD. el presupuesto participativo antes de que se consagrara legalmente. Estas credenciales le dan un capital político que va más allá del discurso: bases municipales, conocimiento técnico, redes de gobernabilidad y un sello operativo.
Pero ¿qué lo hace hoy uno de los precandidatos del Partido Revolucionario Moderno (PRM) con más futuro? Primero: su liderazgo técnico. Bajo su administración, la LMD ha impulsado la integración en el Sistema de Información de la Gestión Financiera (SIGEF) y la plataforma digital “Municipalidad en tus manos”. En un entorno dominado por los efectos visibles y poco medibles, D’Aza apuesta por transparencia, acceso y tecnología.
Segundo: su definición política. Él mismo ha declarado que encarna el perfil del candidato presidencial que el PRM busca. No como un outsider improvisado, sino como alguien que ha trabajado y se ha curtido en lo municipal, factor muchas veces subestimado pero clave en un país con debilidad institucional en muchos gobiernos locales.
Tercero: su capacidad de articule social. Bajo su mandato en la LMD se han puesto en marcha programas de formación para mujeres y servidores municipales, generando propuesta concreta y no solo retórica. Este tipo de agenda lo posiciona como una opción que puede trascender los viejos esquemas de la clientela política.
Cuarto: su anclaje territorial. Nacido en Villa González, municipio de Santiago de los Caballeros, y oriundo de una familia de diez hermanos, D’Aza lleva años construyendo desde lo local. Esa experiencia de “piso” le da autenticidad, un ingrediente escaso en muchos políticos que aparecen y desaparecen.
Quinto: el respaldo de las bases. Se le califica como uno de los precandidatos presidenciales del PRM de mayor cercanía con la gente , de ahi que su reelección en la LMD haya sido unánime muestra que sus pares municipales reconocen sus logros: estructuración del organismo, fortalecimiento institucional y resultados visibles. En política, esto no es un detalle menor: ser gestor respetado en el “terreno” abre caminos para aspiraciones mayores.
No se trata de elegir un candidato porque “parece simpático” o “tiene carisma”. Se trata de elegir alguien que ha demostrado gestión, conocimiento técnico, redes operativas y visión estratégica. En ese sentido, D’Aza cumple varios casilleros que en la política dominicana suelen quedar pendientes. Al ver sus videos en actividades públicas , se comprueba que en vez de realizar campaña a su favor lo que trata todo el tiempo es de destacar el apoyo histórico que el presidente Luis Abinader brinda a los municipios del pais.
Por supuesto, para esta figura tan potable el escenario no está libre de desafíos. Deberá superar resistencias naturales internas del PRM, seguir ampliando su visibilidad nacional más allá del ámbito municipal . Pero estas observaciones no le restan futuro: los convierten en retos operativos, no en obstáculos insalvables.
Este editorial de Gran Diario busca hacer justicia ya que Víctor D’Aza representa en este momento una de las apuestas más creíbles de renovación dentro del PRM. No por azar lo impulsan algunos sectores como “el perfil” que puede unir experiencia, territorio y modernidad. Su ascenso no está motivado únicamente por deseo personal, sino respaldado por una hoja de ruta que lo vincula directamente con la estructura municipal, base de cualquier reforma profunda del Estado dominicano. Y en política, en muchos casos, la credibilidad es el mejor capital.
