Las gestiones para un posible acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia sumaron este martes un nuevo punto de fricción. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que «el futuro de Ucrania está en la Unión Europea» y que su adhesión es «parte esencial de cualquier marco de seguridad».
La declaración contrasta con el borrador del plan de paz impulsado por Washington, que exige que Ucrania permanezca fuera de la OTAN y que se congelen líneas de control, una condición que Kiev considera inaceptable y que Moscú ha puesto como línea roja.
Las palabras de von der Leyen se produjeron mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, descartaba una reunión inmediata con el presidente Vladimir Zelensky. Según Trump, solo se reunirá con el líder ucraniano «cuando el acuerdo esté en sus etapas finales», pese al pedido público de Kiev de celebrar el encuentro «lo antes posible» y con presencia de aliados europeos.
Trump confirmó además que su enviado Steve Witkoff viajará a Moscú para reunirse con Vladimir Putin y discutir una versión ajustada del plan de paz estadounidense, un documento de 28 puntos que ha sido modificado con aportes recibidos por ambas partes.
El anuncio ocurre en medio de tensiones por lo que Rusia ha descrito como «diplomacia de megáfono«, luego de que Kiev afirmara que revisó de manera sustancial el borrador entregado por Witkoff la semana pasada
a oficina de Zelensky informó que el mandatario espera viajar a Estados Unidos a finales de esta semana para «hacer un trato» sobre sus condiciones, aunque la postura de la Casa Blanca posterga cualquier fecha
Emmanuel Macron
En Europa, la reacción ha sido desigual. El presidente francés Emmanuel Macron afirmó que la propuesta de Washington «debe discutirse, negociarse y mejorarse», reflejando la postura conjunta de la UE y el Reino Unido, que rechazan cualquier concesión territorial por parte de Kiev. Esa posición choca con los puntos planteados por Washington y Moscú, y añade presión a un proceso ya fragmentado.
Medios occidentales reportaron conversaciones paralelas entre el secretario del Ejército de Estados Unidos, Dan Driscoll, y funcionarios rusos en Abu Dabi, sobre la base de un borrador elaborado con una delegación ucraniana en Suiza. El Kremlin no confirmó ni negó esos contactos.
El ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, acusó a la UE y al Reino Unido de intentar «socavar» la iniciativa de Trump y «distorsionar» el contenido del plan, aunque afirmó que Moscú está dispuesta a discutir directamente con Washington.
